Nuevo Testimonio

Verónica

Vine al centro a buscar ayuda por un tema con mi hijo; encontré que todo lo que había estado haciendo para correjir estaba mal o estaba haciendo todo lo contrario, las sesiones me ayudaron a ver muchas cosas en mi relación con mi hijo, que no estaban bien. Me ayudó a comprender y aceptar a mi hijo como es. Este proceso de ayuda me hizo comprender cosas que venía arrastrando desde pequeña, ahora estoy más tranquila y veo un cambio en mi hijo. Gracias.​

Lo que todo padre y madre necesita saber sobre la afectividad y sexualidad de sus hijos adolescentes

La adolescencia es una etapa de la vida muy importante y compleja, sobre todo porque es acompañada por cambios psicológicos, corporales y sociales, los que podrían generar consecuencias para una vida adulta. Actualmente los adolescentes de nuestro país se enfrentan a una sociedad bastante hipersexualizada, estímulos por aquí y por allá que les entrega mensajes confusos y muchas veces sin una guía y orientación adecuada. Algunos padres o madres, están ocupados en sus responsabilidades ocupacionales o no se sienten motivados en hablar de estos temas por falta de tiempo, vergüenza o porque en su familia de origen sus propios padres tampoco les fomentaron en esta práctica, de este modo los jovencitos y jovencitas buscan por sí mismos la información visual y textual que necesitan.

Por una parte, está el grupo de pares (amistades) que proveen de información, muchas veces distorsionada e incentivan una vida sexual activa, muchas veces sin considerar los riesgos y por otro lado se encuentran las figuras de autoridad (padres, cuidadores y algunos educadores), con mensajes contradictorios y de prohibición sobre la sexualidad.

¡Está muy chica para tener enamoradito!

¡Podría meter la pata (dejarla embarazada)!

¡Se puede contagiar de algo!

¡Ay pobre de ella, si la encuentro besuqueándose por la esquina!

Estas y algunas otras frases más hemos oído en algunos padres de familia y convierten la sexualidad en un tabú (conducta inmoral o inaceptable para una sociedad, individuo, grupo humano o religión) y se vuelve muy difícil para los adolescentes pedir ayuda o información. Y en lo referido al tema de la sexualidad provoca un quiebre en la confianza y un acercamiento superficial entre hijas e hijos y sus padres, madres o cuidadores, quienes dejan de ser la principal fuente de información y consejos.

Es esperable y entendible que los padres, madres y cuidadores tengan creencias equivocadas con respecto al inicio de la actividad sexual de sus hijos. Por lo que suelen posponer conversaciones importantes en relación a la sexualidad, perdiendo la oportunidad de educar a tiempo. Por ello debemos tener una visión integradora de la afectividad y sexualidad; debemos entenderlas como una parte natural de la vida, incluyendo aspectos preventivos y de salud.

Este enfoque ha probado ser útil para promover una sexualidad responsable y como lo demuestran muchas investigaciones realizadas a nivel mundial, que concluyen que no existe relación entre educación sexual y el inicio temprano de esta actividad. Esto significa que si eres padre o madre no deberías de pensar que por hablar sobre temas de sexualidad con tus hijos los estimulará en su iniciación. Por el contrario, ellos tienen curiosidad (aunque no lo demuestran por vergüenza) de saber qué es esto que sienten, que les pasa y que hacer al respecto, sin duda necesitan respuestas. Y aunque es más recomendable el inicio de la vida sexual en la forma más tardía posible, cada familia será responsable de educar de acuerdo con sus propios valores.

La educación sexual tiene que suceder en cada familia con la finalidad de motivar que los adolescentes se hagan cargo de su propia sexualidad, y para ello los padres tienen que conversar, motivar (no ordenar) en sus hijos e hijas adolescentes que ahora son responsables de su cuidado personal, comentarles sobre la prevención de enfermedades de transmisión sexual, la elección adecuada de una pareja, denunciar la violencia en las relaciones de pareja, etc. , además de los valores que aprende en casa como el respeto, la conciliación, la comunicación, entre otros más que le permitirá moverse en la vida.

Madres, padres y cuidadores que saben de sexualidad y afectividad pueden ser conscientes de como la relación con sus hijos cambia según la etapa del desarrollo, para esto es necesario reforzar un vínculo de aceptación, seguridad y confianza. Si el adolescente siente estas cosas en sus padres y familia el vínculo será muy bueno. Por eso es importante que estén informados en relación a la sexualidad y la afectividad, para que puedan ser agentes formadores en los mensajes que les entregan a sus hijos o hijas, ya sea por medio de lo que hacen o dicen, ya que los valores que se están transmitiendo en casa, son determinantes para la construcción y elaboración de un proyecto de vida personal.

¿De dónde hemos de partir los padres de familia?

La forma de abordar la educación afectivo sexual en el hogar debe partir por unos valores que incluyan la autoestima, la liberta personal, la igualdad entre los sexos, la lealtad interpersonal (fidelidad), el placer compartido, la responsabilidad compartida (nos cuidamos los dos), la autonomía emocional y la igualdad de las distintas orientaciones sexuales.

Todo padre, madre o cuidadores que quiera tratar este tema con adolescentes tiene que dejar anticuadas creencias o planteamientos simplistas y sesgados para presentar a la sexualidad como algo que acompañará al adolescente en su vida.

¿Y si están viendo pornografía, que hacemos?

Otro asunto no menos importante que hay que abordar tiene que ver con el hecho de que los chicos y chicas jóvenes sienten atracción hacia la pornografía en la adolescencia. La mayoría de los expertos coinciden en considerar que la pornografía blanda, como la que presentan a hombres o mujeres desnudos en posiciones eróticas, es relativamente inofensiva. No se puede afirmar lo mismo de la pornografía dura, es decir, de aquella que representa de forma muy evidente actos sexuales incluyendo situaciones atípicas o que violan los tabúes sexuales propios de nuestra cultura. Por todo lo anterior, parece que es recomendable mantener a los y las adolescentes, sobre todo a quienes son más jóvenes, alejados de este tipo de material. Es importante que madres y padres expliquen a sus hijas e hijos las razones de la prohibición. Lo que ayuda y mucho es la agregación de nuevos hábitos placenteros en su rutina.

¿Estamos los padres y madres solos en esta tarea?

No. Las familias saben que en las escuelas secundarias y profesionales de la salud mental hablan de estos temas, facilitándoles el camino hacia los aprendizajes y decisiones que necesitan. Sin embargo, esto no significa que los padres deban dormirse y dejar esta tarea a las escuelas o colegios, porque, según una investigación, quienes más influyen en las decisiones de los adolescentes son los padres de familia y solo un porcentaje menor sus amistades. Esto demuestra que el vínculo con los padres será fundamental.

Recuerda padre, madre o cuidador, hablar con ellos sobre temas de sexualidad y afectividad es cuidarlos por que los amas. Ánimo.

¡Gracias por haber llegado hasta aquí!

Envío paz a tu vida…

Cecilia Suárez

Bach. Psicología