Dependencia Emocional, una adicción a las personas

Es común ver u oír con frecuencia acerca de parejas que tienen una dinámica relacional donde están presente las discusiones y maltrato constante, infidelidades y reconciliaciones llenas de emotividad, y sobre todo, un desgaste emocional intenso producto de todas estas acciones.

¿Qué es una dependencia afectiva?

La dependencia emocional es la incapacidad de cortar una relación de pareja, aun cuando es totalmente necesario hacerlo. Es una adicción que genera una necesidad irracional de la otra persona, en la que perdemos nuestra libertad, y que se vive desde la lucha permanente para que la relación funcione. Existen momentos de lucidez en los que tenemos claro que no somos felices, pero no somos capaces de romper ese vínculo tóxico. Nos decimos a nosotros mismos: “Ya lo sé, pero no puedo”.

Estas relaciones llamadas “tormentosas” se caracterizan por permanentes discusiones y problemas que desencadenarán emociones como ansiedad o una fuerte tristeza que puede llegar a la depresión.

El dependiente emocional por lo general tenderá a emparejarse con personas dominantes, de carácter fuerte, egoístas, capaces de llegar incluso al maltrato físico o psicológico. Debido a una fuerte necesidad de cariño, desarrollará una especie de apego que imposibilitará la separación definitiva.

Se puede decir que el dependiente emocional es similar a un adicto, ya que a pesar de que está en contacto con algo que le hace daño, la persona sigue manteniendo esa relación. Esto es lo mismo que sucede cuando consume una sustancia peligrosa para su integridad; sin embargo, aun conociendo todos los peligros, continuará con el consumo.

¿Cuáles son las características de los dependientes emocionales?

Dar prioridad a la pareja: pone su relación por encima de todo, la persona va dejando de lado sus actividades favoritas para pasar más tiempo en la relación.

Deseo de acceso constante: siempre buscará la manera de estar en contacto con la pareja; tratará incluso de llamar constantemente la atención de esa persona.

Idealización de la pareja: se sobrevalora todo lo que representa la otra persona. Esto va más allá de cierto grado de admiración. Será el más guapo, el más inteligente, el mejor, etc. siempre denotando una imagen exageradamente grandiosa.

Sumisión: permitirá todo, justificarán los actos de la pareja y los complacerán en todo lo que pidan. Esto debido a la idealización y al deseo de estar siempre cerca.

Temor al abandono: la idealización del compañero es tan grande que se experimentará un gran miedo a ser abandonado por éste. Puede llegar al extremo de experimentar incapacidad en romper el vínculo por mas deteriorado que se encuentre.

Síndrome de abstinencia: tras la ruptura, se puede experimentar un trastorno depresivo, con ideas obsesivas, pensamientos repetitivos, recuerdos, planes para reanudar el contacto, remordimientos, etc. también puede ir acompañado de una fuerte ansiedad e incluso molestias físicas, así como ideación suicida debido a la sensación de falta de sentido en la vida.

Buscar parejas con perfil determinado: el tipo de personas que suelen buscar es alguien engreído, distante afectivamente, egocéntrico y a veces hostil, posesivo o conflictivo. Además, pueden tener cierta tendencia (inconsciente) a relacionarse con personas llenas de problemas, con el que el dependiente se identifica, produciéndose una relación desequilibrada.

Historial de relaciones muy cortas: suelen estar siempre necesitando de otra persona permanentemente a su lado. Los periodos de soledad suelen ser muy cortos, ya que, incluso estando sin pareja, van a buscar la forma de salir con alguien o tener a otro individuo que esté constantemente pendiente de ellos.

Baja autoestima: existe una tendencia a no valorarse y buscar siempre errores y defectos suyos. Además, la búsqueda permanente de algo externo para sentirse bien, da cuenta que algo en su interior no está funcionando adecuadamente.

Miedo a la soledad: la falta de autoestima puede generar que se tenga temor a estar solo con uno mismo, ya que no resulta agradable pasar tiempo con alguien que “no le agrada”.

¿En qué casos de dependencia emocional es necesario pedir ayuda terapéutica?

Todos tenemos la capacidad de superar una ruptura de manera sana y recuperar el equilibrio, pero en los casos en los que ha habido dependencia emocional es muy diferente y realizar un proceso terapéutico es una opción es altamente recomendable. Con la ayuda adecuada, es mucho más sencillo, rápido y efectivo.

Estos son los casos en los que recomendamos acudir a un psicólogo:

El círculo vicioso de abandonar y volver: has hecho varios intentos de dejar la relación pero sin éxito. Cada vez te sientes más cansado y desesperanzado, y ya no sabes cómo hacerlo. Tienes claro que la relación es tóxica, pero eres incapaz de liberarte.

La culpa: Cuando uno NO abandona la relación por estar enganchado al sentimiento de culpa. La persona adopta el rol de víctima y, de manera automática, el otro se siente culpable y se mantiene en la relación.

Miedo a estar solos: ¿Crees que no podrás seguir adelante sin la otra persona? ¿Qué te sentirás perdido porque es la única persona que tienes? Quedarse sin pareja no es estar solo, hay otras muchas personas a nuestro alrededor: familia, amigos, compañeros, personas nuevas que entrarán en nuestra vida.

Repetir el mismo patrón: Cuando en la mayoría de tus relaciones se repite un mismo patrón dañino, no es fruto de la casualidad o de la mala suerte. Acudir a un profesional para aprender a darnos cuenta y, sobre todo, a responsabilizarnos del porqué elegimos parejas que no encajan con lo que realmente deseamos, nos ayudará a saber cómo crear relaciones sanas.

Sufrimiento y miedo a perderlo: tienes ansiedad, somatizas los problemas, tomas medicación para combatir la tristeza… la lista de motivos para romper la relación es larga, pero aun así, aguantas y alargas tu sufrimiento porque te aterra la idea de perder a tu pareja. Piensas que si cortas la relación, todavía sufrirás más, y eso es una tremenda equivocación. No se puede sufrir más porque estás en una relación en la que no eres feliz y que no tiene futuro.

¿Cómo superar la dependencia emocional?

Hay tres pasos que se deben dar sí o sí para poder superarla: la temida conversación, aplicar el ‘Contacto 0’ y hacer frente al síndrome de la abstinencia. Si se siguen estos tres pasos, la recuperación está asegurada. Si ves que no puedes superarlo por tu cuenta, entonces te recomiendo acudir a un profesional para que te ayude a fortalecer tu autoestima y a hacer un trabajo de crecimiento personal.

Liberarnos de una relación tormentosa supone siempre una mejora en nuestra vida, porque el aprendizaje que obtenemos de nosotros mismos y de las relaciones es enorme.

Esperamos haberte ayudado.

Atte.
Cecilia Suárez y Ricardo Torres