“Amores: Romántico vs. Maduro, ¿Cómo te relacionas?”

Crecimos escuchando historias de príncipes y princesas, y viendo películas románticas con finales felices. A veces, sin darnos cuenta, nos quedamos atrapados pensando en el amor de una manera perfecta e idealizada. Sin embargo, esto puede llevarnos a tener relaciones con muy altas expectativas, causando un desgaste mental y debilitando el amor. Por otro lado, si elegimos un enfoque más maduro sobre el amor, evitamos perdernos en el sufrimiento constante causado por malentendidos sobre lo que realmente es y significa estar en una relación de pareja.
En nuestra consulta psicológica privada, hemos identificado patrones recurrentes que sugieren que ciertos aspectos del amor romántico pueden predisponer a las parejas a experimentar rupturas amorosas. En muchos casos, observamos que la idealización extrema del compañero(a), común en el amor romántico, puede llevar a expectativas poco realistas.
“Mi pareja me dará la felicidad” (Amor Romántico): Significa pensar que solo seré realmente feliz cuando esté en pareja. Se espera que mi pareja satisfaga todas mis expectativas y necesidades emocionales. Esto puede llevar a depender emocionalmente de la pareja, condicionando mi felicidad a cómo se comporte y actúe la otra persona.
“La felicidad la encuentro en el amor y gratitud por mi vida” (Amor Maduro): Indica que la felicidad tiene diversas fuentes, como el amor propio, la gratitud por la vida, y otras fuentes de satisfacción personal, como las amistades y las actividades gratificantes. Destaca la importancia de la autonomía emocional y la habilidad de encontrar alegría y satisfacción en diversos aspectos de la vida, no limitándola solo a la relación de pareja.
“Durará toda la vida” (Amor Romántico): Es pensar que estamos destinados a ser almas gemelas, destinados a una unión eterna. Sin embargo, esta idealización puede llevarnos a asumir que el amor, una vez hallado, se mantendrá inalterable y no requerirá esfuerzos adicionales para perdurar. ¿Es posible que nuestra relación dure toda la vida? Sí, siempre y cuando ambos compartamos afecto de manera reciproca, pero sin esperar cambios mágicos al creer que nuestro amor está predestinado, ahí radica la diferencia.
“No hay garantías de que dure sino nutrimos nuestra relación” (Amor Maduro): Se acepta que no hay garantías de la duración de la relación y que para mantener su estabilidad se necesitan esfuerzos constantes y un intercambio positivo entre ambas partes. Esta perspectiva abraza una visión más realista, entendiendo que pueden surgir desafíos y que la duración y salud de la relación dependen directamente del cuidado y la nutrición emocional mutua.
“Mi Alma Gemela” (Amor Romántico): Es la idea de que hay una persona perfecta para cada uno de nosotros, una especie de pareja ideal ya predestinada, y que todo será perfecto. Implica la creencia de que la pareja debe ser nuestra “alma gemela”, alguien perfecto(a) y encajando completamente con nosotros en todos los aspectos. Caer en este mito puede ser riesgoso, ya que puede llevar a sentirse decepcionado, frustrado e incluso triste. Estas emociones surgen porque se espera o se exige que la pareja sea nuestra alma gemela, completamente compatible en todos los aspectos.
“Celebramos y Respetamos Nuestras Diferencias” (Amor Maduro): Sabemos que somos personas con personalidades diferentes. Optamos por aceptarnos y respetar nuestras diferencias en lugar de querer que mi pareja sea exactamente como yo quiero. Creamos un espacio donde nos aceptamos mutuamente, viendo las diferencias no como problemas, sino como aspectos que enriquecen la relación al entender que podemos seguir creciendo a pesar de nuestras distintas formas de ser y pensar.
“Ya Cambiará” (Amor Romántico): Sugiere la creencia de que las características o comportamientos problemáticos de la pareja cambiarán con el tiempo, a menudo de forma natural o sin intervención activa. Puede llevar a la pasividad, esperando que el tiempo y las circunstancias transformen lo que se percibe como un aspecto problemático en la relación. Si el cambio no ocurre espontáneamente, podría generar frustración y desilusión en la relación.
“Aceptación” (Amor Maduro): Implica la disposición a aceptar a la pareja tal como es, con sus fortalezas y debilidades. Reconoce que cada individuo tiene características únicas, y la relación se basa en aceptar esas diferencias en lugar de esperar un cambio sustancial. Fomenta una actitud de aceptación activa, donde se valora y respeta la individualidad de la pareja. Promueve un ambiente de comprensión y empatía, donde la relación se desarrolla sobre la base de la aceptación mutua.
“Siempre Estará Conmigo” (Amor Romántico): Sugiere la expectativa de estar constantemente juntos, física y emocionalmente. Puede implicar la creencia de que la relación debe ser el centro de la vida de ambos, y la separación o la autonomía pueden percibirse como amenazas. Así mismo, puede conducir a una fusión excesiva generando dependencia emocional y expectativas poco realistas sobre la disponibilidad constante del otro.
“Tenemos Nuestros Espacios” (Amor Maduro): Reconoce la importancia de la autonomía y la individualidad en la relación. Implica la comprensión de que cada persona en la pareja necesita tiempo y espacio para sus intereses personales, crecimiento y desarrollo. Fomenta una relación equilibrada donde ambos pueden mantener sus identidades individuales. Proporciona la libertad para perseguir pasiones personales y permite el crecimiento independiente dentro de la relación.
“Peleamos Porque Nos Amamos” (Amor Romántico): Sugiere la creencia de que el conflicto y las peleas recurrentes son una expresión natural del amor intenso. Puede asociarse con la idea de que las discusiones y los desacuerdos fortalecerán la relación. Sin embargo, esta idea puede llevar al “círculo de la violencia”, la tolerancia de conflictos dañinos o patrones de comportamiento perjudiciales en nombre del amor.
“Separación Consciente” (Amor Maduro): Significa darse cuenta de que pelear constantemente no es bueno ni necesario en una relación de pareja. Indica estar dispuestos a tomar decisiones conscientes, incluso separándose temporal o definitivamente, si es necesario para resolver problemas que persisten y cuidar la salud emocional.
Ahora que ya conoces las diferencias, ¿qué estilo de amor prefieres?
Un artículo del Equipo de Psicología “Dar Bienestar”